Eclesiástico y anticlerical, cristiano y humanista, médico y bon vivant, las múltiples facetas de la personalidad de Rabelais son contradictorias. Atrapado en la agitación religiosa y política de la Reforma, fue un crítico sensible de los grandes temas de su época. Sus principales obras, Pantagruel y Gargantúa, publicadas entre 1532 y 1564, prefiguraron el advenimiento de la novela moderna. "¡Vivez Joyeux!", escribió...