En 1850, las autoridades religiosas pospusieron la inauguración de una estatua de la Virgen debido al mal tiempo. Finalmente, el cielo se despejó, interpretado como un signo divino. Espontáneamente, los habitantes de Lyon colocaron velas y linternas en sus ventanas, iluminando toda la ciudad, con la capilla de Fourvière destacándose en la noche. Esa noche nació una celebración, la Fiesta de las Luces, que, siglos después, atrae a miles de personas, tanto locales como extranjeras, a las calles de Lyon. Hoy en día, es un evento popular. Durante cuatro días en diciembre, los creadores de instalaciones lumínicas muestran su ingenio y creatividad. Más allá de la fiesta, Lyon continúa invirtiendo en iluminación urbana. Con casi 1000 nuevos puntos de luz añadidos cada año, la ciudad es reconocida internacionalmente por su experiencia en paisajes nocturnos urbanos. Cada barrio tiene su propia firma única de "luz", desde proyectores industriales hasta el parpadeo de las linternas.
El ayuntamiento iluminado durante la fiesta ©DR